A dos voces

Huyendo de las sombras
sus almas se encontraron
y soñando ser libres
a escondidas se escudaron
De los fríos del  destino
De la lengua de lo malos
y entre besos y mil versos;
contra todo mal se amaron...

Con el tiempo ya cansadas 
de ser esclavas del miedo,
tantas lagrimas lloradas 
en su fuerza convirtieron...
De la tierra de los sueños
a la realidad migraron
y aunque no tuvieran balas
ni supieran ser soldados,
con la fe como una espada
y la frente bien en alto,
 a dos voces en un grito
sin vergüenza reclamaron:

Dejen de lanzarnos piedras
el amor no es un pecado,
el pecado es un invento
de los que mueren callando;
la voz que les nace dentro 
por el miedo al que dirán ..

A María Elizabeth Neumann ( La mujer que amo)